Don Melanio era un antiguo brujo blanco que vivía en Lima. No llegué a conocerlo, pero oí de él a través de diferentes personas quienes me contaron cómo les ayudó con sus problemas de brujería. Los brujos blancos, a diferencia de los llamados «brujos negros», usan la santería para proteger a las personas y desatar hechizos, incluso usan ceremonias como las llamadas «mesadas» para combatir distintos males. En esta nota te voy a contar un poco más sobre qué es una mesada.
¿Qué son las mesadas?
Las mesadas, son rituales que se realizan con uno de dos objetivos: embrujar a una persona (mesa negra) o liberar a una persona de hechizos (mesa blanca). Pese a lo anterior, también existen mesas negra que tiene como fin liberar de un embrujo, como el caso de los amarres. Otra diferencia que existe entre ambas es que las primera invocan a santos y ángeles, mientras que las mesas negras involucran pactos con seres de las tinieblas.
Las mesadas blancas
La persona de mi historia, realizaba mesadas blancas. Sé, por parte de conocidos, que el Sr. Melanio organizaba este ritual luego de la medianoche (el mismo horario de inicio de las mesadas negras). Dicho brujo blanco, utilizaba elementos como santos, agua bendita y rezos para combatir a los demonios que se apoderaban de sus pacientes.
Me contaron el caso de un hombre que acudió con Don Melanio, tras padecer una enfermedad inexplicable que le había hecho perder mucho peso. Aquel sujeto incluso empezó a ver apariciones demoníacas que lo perseguían y trataban de matarlo. Cuando acudió con el brujo el diagnóstico fue claro: «a ti te han embrujado», le dije y explicó además que no era que su paciente hubiera tenido un embrujo directo, sino que lo había captado por ser la persona más débil de la casa y porque además tenía el mismo nombre de la persona a quien realmente iba dirigido el hechizo.
Para el médico brujo, la solución era clara: debía realizar una mesada. Así, la familia del hombre enfermo fue con él: dos hombres y dos mujeres de carácter fuerte, para servir de apoyo al brujo durante el ritual iniciado a la medianoche. La pelea del brujo duró hasta el amanecer y tras ella despidió a la familia del embrujado y a aquel quien parecía haber recobrado fuerza, atrás quedaba su apariencia débil y enfermiza. Antes de despedirse, el viejo brujo agregó que debía ayunar por unos días porque debía sacar del él el hechizo que había atrapado para salvar la vida del joven hombre.
Se infiere de ello, que en las mesadas blancas, el maestro curandero pone su cuerpo como receptáculo del hechizo de sus pacientes para luego, con su fuerza espiritual, ser capaz de vencerla.
Consecuencias de una mesada negra
No quiero detenerme en el procedimiento de las mesadas negras, porque el interés de mi investigación recae en las primeras. Pese a lo anterior, las historias sobre brujería que he podido recopilar, me permiten saber que este otro tipo de mesadas tiene consecuencias sumamente negativas.
Adela era una mujer que practicaba la brujería secretamente. Un día Adela enfermó y empezó a chuparse (bajar de peso, enfermar), hasta ese entonces no había hecho nada malo con sus «poderes» pero la enfermedad la consumía. Fue entonces que llegó a casa de Adela, un brujo del norte, famoso en aquel entonces, quien fue informado, por los espíritus, del mal que aquejaba a su amiga. Cuando la vio postrada en su cama le dijo: «Qué has hecho, mujer» y entonces le pasó un cuy negro por encima y le abrió las entrañas: todo en el animal estaba podrido y hediondo. Adela se recuperó de aquel percance, pero no quedó del todo bien, debía no volver a hacer ningún ritual de este tipo para salvar su vida, según las indicaciones de su amigo brujo.
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